El barro en la cerámica artesanal
Lo primero que empezamos a conocer cuando nos introducimos en el apasionante mundo de la cerámica, es que hay distintos tipos de barro como en la naturaleza.
Si nos fijamos cuando salimos a pasear por el campo, podemos apreciar que las tierras varian en cuanto a colores y texturas. tiene diferente composición y cantidad de chamota (piedrecitas). Antaño, los ceramistas seleccionaban sus propias tierras y las trabajaban en un proceso complejo y largo, en el que las preparaban para realizar sus piezas. Hoy en día tenemos la suerte de que existan empresas que se dediquen a realizar esta labor, proporcionándonos una variada y muy rica cantidad de tierras de distinta pigmentación, textura, absorción, resistencia....todas ellas a nuestro alcance. Así podemos seleccionar el barro más adecuado para cada trabajo, con el que más cómodos nos sintamos...
También es importante tener en cuenta el tipo de barro o barros que vamos a utilizar para hacer con ellos las pruebas de los esmaltes sobre los que vayamos a investigar, para nuestras piezas. Conociendo el barro también podremos decidir si queremos dejarlo sin esmalte para llegar al resultado que deseamos. El color del mismo también puede variar segun el tipo de cocción que vayamos a hacer, ya que dependiendo de ella también nos variará mucho el resultado final.
Algunas diferencias según tipos de barros y cocciones
En las piezas en que el barro se ve negro, es por que el humo ha penetrado en él por la carbonación que hemos hecho.
En las piezas donde se ve de color rojizo, es por una reducción muy fuerte en la atmósfera del horno.
Y en las que es claro, hemos tenido en el horno durante la cocción una atmósfera oxidante.